Beneficio
El beneficiado del café consiste en una serie
de procedimientos que ayudan a liberar el café de los 4 envoltorios que los
protegen:
1.
La
cáscara de cereza o pulpa
2.
El
mucilago que envuelve los 2 granos
3.
El
pergamino
4.
La fina
película sedosa que protege el grano de oro
En el método de beneficiado seco se deja secar
el grano al sol con la cáscara y la purpura, lo que depende mucho de un tiempo
seco y cálido prolongado, condición que no siempre se cumple. Esta es la
diferencia entre los cafés lavados y no lavados, que dan una calidad inferior.
Manuel Aguilar (1845) fue quien introdujo en
Guatemala el método húmedo de Costa Rica y los hermanos Du Teil nos
recomendaron en sus instructivos (1869) porque produce un grano de mayor
calidad que el método seco. Es de vital importancia beneficiar el café en la
forma adecuada, pues un café bien procesado define la calidad, el aroma y el
color más natural, que es lo que busca el comprador. Según Francis B. Thurber
(1887), “El Grano de Guatemala varia de un verde oscuro a azulado”. Mientras
más alto, es más azulado y cuanto más bajo, más verde jade.
Un beneficio de café húmedo consiste en
pulperos grandes, tanques o pilas de fermentación, lavaderos y amplios patios
de concreto, que antes eran de calicanto para secamiento, una secadora mecánica
ahorra tiempo, o sea que técnicamente en 3 días puede procesarse la cosecha, el
despulpado, la fermentación, el lavado y el secado, que son las diferentes
fases del beneficio húmedo.
En Guatemala existen hoy en día unos 3,000
beneficios húmedos de café, a diferencia de Costa Rica que sólo tiene 115
debido a que la propiedad rural es pequeña y como la instalación de un
beneficio es muy costosa y su funcionamiento tan sólo dura de 2 a 4 meses al
año, los caficultores prefieren entregar sus cosechas a centros de acopio.
El café recolectado debe despulparse el mismo
día para evitar los efectos de recalentamiento y fermentación. En el método
primitivo, el café cerezo se vertía en agua para podrir la cáscara y luego
mortearlo más fácilmente con los pies o los mazos en toneles o cribas, o
piedras de moler. Después se pasaba por agua para separar la cáscara del grano.
La pulpa se utiliza para agregar materia orgánica al suelo de los cafetales.
Siendo prácticamente imposible hacer este trabajo con grandes cosechas, se
inventaron los primeros pulperos que se fabricaron primero en madera y después
se recubrieron con láminas metálicas.
Después de despulpado el café reposa en tanques
de agua o pilas para que fermente. Allí permanece de 24 a 36 horas en climas
cálidos, y de 36 a 48 horas en climas fríos para que el mucílago, “miel” o
materia viscosa se desprenda del grano. Una fermentación uniforme conserva la
calidad del café “café”.
Luego se lava el café para remover el mucilago
y limpiarlo de cualquier materia, en forma manual o mecánica en algunas fincas,
donde se patea el café en una pila, otras usan lavadoras mecánicas. También se
pueden utilizar bombas centrifugas especiales. Después se pasa por el “correteo
continuo”, este es un canal de 4 a 60 centímetros que sire para clasificar el
café, el cual conforme a su peso se va depositando en la superficie inferior,
en tanto que la pulpa, los granos y otros residuos de la fermentación flotan y
son desechados.
En seguida, se escurre y se procede a secar el
grano. La forma tradicional es extenderlo de 6 a 15 días en grandes patios de
calicanto, donde los peones lo mueven constantemente con un rastrillo para que
el sol lo seque por todos lados. Los hermanos Teil idearon tapar los patios de
noche con una especie de techo de paja para protegerlo del sereno.
Cuando la producción es grande y las nubes o
las lluvias no permiten el secado se recomienda el uso de secadoras mecánicas,
que economizan formales y tiempos ya que este proceso se puede hacer de 24 a 72
horas. También se ahorra un 20 a 25% de tiempo en el secado si se coloca el
café en una centrifuga que extrae hasta un 15% de agua y toda materia viscosa
pegada en el pergamino.
Posteriormente se pasa el café por el aventador
para limpiarlo de todo polvo y basura, una zaranda también los separa de toda
materia inorgánica, como arena o piedras que vienen mezcladas con el café
cuando se seca al aire libre en los patios.
Cuando el café ha sido beneficiado y liberado
de los 4 envoltorios que lo cubren siguen 2 procesos muy importantes que
garantizan la calidad y el precio en el mercado, lo cual no ha variado desde
1860. Se trata de clasificación por el tamaño y la forma que se puede hacer
mecánica y manualmente. La selección de los granos se efectúa sobre una banda
que corre a una velocidad regulada, ante la cual mujeres remueven los granos
defectuosos, negros manchados o quebrados. Para alcanzar una mayor uniformidad
en el tamaño, se pasa los granos por una zaranda. Esto se hace para que el
tueste salga uniforme y de las cualidades más finas.
Después de la selección, el café se empaca en
sacos de fibra natural y se almacena sobre un piso de madera o tarimas y
paredes con forro de madera, separando los sacos en fila, sin tocar las paredes
ni estar cerca del techo de lámina. Debe evitarse colocarlo cerca de otros
productos aromáticos, como el cardamomo para que no adquieran otros olores ni
sabores.
Por último, viene el transporte. Antiguamente
el café era transportado en carretas tiradas por bueyes o al lomo de mula hacia
la estación del ferrocarril más próximo, en donde era llevado a los puertos
para su exportación. Hoy día los sacos de café se transportan en camiones a los
puertos, años atrás, los sacos para empacar el café eran importados de Europa o
Estados Unidos.
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